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jueves, 3 de febrero de 2011

El último "mono"


Cuando uno llega como empleado a una empresa, resulta, si el sector es de la alimentación, que te emplean como repartidor. Pero es un contrato con trampa. En primer lugar, no sólo vas a repartir, sino que harás todos los trabajos que te ordenen. No te dejarán parar de una actividad a otra, y no tendrás respiro. Claro que, también te engañarán, sobre todo el Jefe de Personal, que te da palmaditas en la espalda, y te promete o jura, que, pasados tres años, serás fijo en la empresa. Lo cierto es que te llenan los oídos de tanta mierda, que, al final, acabas por ver el quinto pie al gato. Y empieza la cruzada y el calvario.

Uno de estos calvarios es que si estás limpiando el almacén, te interrumpen la actividad para llevar un pedido. Al regresar, ni te acuerdas del almacén, porque hay un nuevo pedido; y regresas; y se repite lo mismo. Y, cuando estás a punto de terminar la primera parte de la jornada, por la tarde, el capullo del encargado, te recuerda, con muy malas formas y con ínfulas de afectada nobleza, que te toca ocuparte del almacén, limpiarlo, ordenar el material o los productos, soportar a los más capullos pelotas del jefe (el encargado) que se mosquean si les dejas trabajo extra, y, una y otra vez, los desplantes del frutero y su ayudante; los desplantes del carnicero, del charcutero y de la su madre que lo parió. Y uno acaba la jornada, entre los gritos y exigencias del encargado (que es un lego en idiomas internacionales) con la personalidad por los suelos, y con la sensación de que, un día, se arruine, por tus malos deseos la empresa. Porque, siendo el último "mono" careces de todo derecho o de protesta. Buscas un modo humanitario para que te traten mejor, y no a gritos. Pero la empresa,cuando ya no eres empleado de la misma, a los diez años o más, ha quebrado. Y entonces te das cuenta de que podrías haber empleado mejor el tiempo mientras trabajabas.

Nunca me sentí cómodo haciendo amistades entre los otros empleados. Después de todo, yo sólo quería ganarme el jornal. Y no hacer muchos amigos, porque algunos vienen con el interés de traicionarte, hacerte la vida imposible, y que seas el primero en la larga lista del INEM. Pero lo pasado, pasado está.

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