Salgamos corriendo

Sí, hagámoslo, porque no nos va a quedar más remedio que hacerlo. Nuestro país no sólo ha perdido puntos en aspectos de tipo político, si no que la cosa no va bien desde hace dos obtusas legislaturas socialistas, y esta, a punto morir, si es que muere en su eterna agonía. Porque, una cosa es segura, este Gobierno está dando los últimos coletazos, y España ya se cansa de tantas violaciones en un Estado de Derecho inexistente, donde todo está prohibido, y no hay más. Porque, por mucho que nos neguemos la verdad, estos aprovechados buscan, sobre todo, una catástrofe nacional, para enfrentar a todos contra todos. Revuelven en la basura, ya olvidada, para establecer un orden semejante a un pogromo soviético. Ha de ser lo que ellos decidan y, si no es así (con la intención de llenarse los bolsillos) deciden jugar al exorcista, mientras ellos son el demonio que tanto les irrita. Debe ser porque las hemorroides no dejan descansar en el trasero inquieto del Zejador, que bien se arrima a la entrepierna del clon del Inspector Gadget o de La Máscara, Artur Mas. El caso es debilitar la capital, y eso destruirá futuros puestos de trabajo, mientras la deuda crece, y nos quedemos con menos dinero, que nos quitarán de las gabardinas, las carteras, las huchas, los ahorros y de los "sofares".