Alarmante es la contaminación en Madrid, entre otras cosas, porque hay contaminantes físicos gaseosos, tanto en la capital, como en otras capitales del mundo, como Londres, Pekín o Nueva York. Y no sólo contaminantes gaseosos, como los gases del petróleo u otros subproductos, tales como los ambientadores o cualquier material que no se degrada. Pero, a mí, la contaminación que más me espanta es la corrupción política: Rubalcábala, que no da su brazo a torcer. En este caso, contamina la verdad, y es un verdadero smog, aunque esté mal decirlo. Unos 4mg por aire que respiramos, un 1%, que por cierto, no es mucho, y por eso tragamos lo que tragamos, que no hemos muerto, porque los españoles somos así de especiales. Estas tinieblas contaminantes son, en este caso, de índole ética y moral. Lo que hago con la izquierda que lo oculte la mano derecha (¿o viceversa?); en este caso, tanto más alarmante es contaminarse por el smog, que nuestras ideas no sean respetadas por el Gobierno, y que los platos que presentan en el menú, no son de agrado, porque jubilarse a los 67 es mucho smog. Em Londres, Pekín y Nueva York, es el smog, por lo menos se ve, pero menos, y dura poco, porque su Constitución ( la de EE. UU.) funciona como un reloj, y cuando hay smog (que contamina, o se filtra) se elimina. Porque, en estos momentos, cuenta más el individuo por encima del Estado, que el Estado pisando al individuo. Esto es: persona. De manera que, a ver si respiramos menos corrupción.
Eight days a week... I love you
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He perdido a algunas personas muy queridas para mí. John es uno. Se fue
hace muchos años un día como hoy. Le quería y todavía le quiero. Es algo
inevitable...
Hace 12 años
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