La palabra códice viene del latín codex, que nada tiene que ver con una obra de códigos secretos u otras fantasmagorías. En realidad, el codex es un libro. Desde la más remota antigüedad, el codex o códice era una serie de hojas que unidas con telas o adhesivo, e incluso cosidas, de manera manual, forman un libro. Además, está fabricado artesanalmente, pero también es un manuscrito con las hojas o pliegos que el autor ha unido en un libro o códice homogéneo. Por otra parte, los códices, en todas sus manifestaciones tratan de todos los temas y, en este caso, conservan la cultura. De hecho, existen códices mutilados (cómo los evangelios apócrifos) o más de seis mil pliegos de notas (como la inmensidad de cuadernos y notas de Leonardo Da Vinci), que, aunque no son del todo de un solo género, muestra la riqueza de su autor, o las inquietudes del mismo. Luego están los códices con miniaturas, conocidos como manuscritos iluminados (nada que ver con los Iluminati, por Dios) que, también son códices muy solicitados, pero que se encuentran lejos de muchos bolsillos, tales como los Libros de Horas, de Oraciones, etc. Aquí tuvo mucho que ver el pulso y la sensibilidad del artista, que interpretaba la redacción con el arte. Incluso hay Biblias iluminadas. Los códices empezaron a iluminarse allá entre el siglo XI hasta el XV, luego llegó, un poquito antes el invento de Gutenberg, y la empresa librera resurgió, aumentando los niveles de producción.
Pero, después de esta larga interrupción, bueno es saber porqué bauticé este blog como "El Códice Universal". Precisamente lo hice por la siguiente razón: abarcar todo, y universalizarlo, hasta el punto de que, así, buscando o hallando en cualquier faceta de la escritura, surjan una cantidad de temas que pueda retomar. Pero este Códice Universal, no es así, por capricho, universal. Lo es, porque quiere ser de todo, para todos. Sin embargo, es universal, pero no ilimitado. Hay límites en que si una goma elástica se estira más allá de su tope, llega a romperse. Lo más importante es que se estire un poco, y regrese a su posición, hasta que recupere su anterior forma: e importa que vuelva a estirarse más, pero con flexibilidad estudiada.
Y, por último, El Códice Universal es, de todas maneras, un libro. Y eso es lo más importante, aún, porque es un libro, no de consulta, sino un libro que se construye y crea cada vez, con distintas lecturas, o ninguna. Me hago responsable de mis errores, que son sólo míos; la vida está plagada de ellos, pero cometer errores, en ocasiones, nos hace más sabios.
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