La imaginación, además de no ser una Musa (una ventaja, sobre todo), es una manera de expresarnos. La imaginación nos ayuda porque nos permite, entre otras cosas, crear mundos inexistentes, y volverlos reales. De alguna manera, es una herramienta, y se usa-no soy quién deba juzgarla-como arma política, en ciertas políticas opresoras en las Dictaduras modernas, que están cayendo.
La imaginación crea, pero también destruye. Centrémonos en la creación. La literaria.
Crear con la pluma es una especie de catársis, pero también un método para conocerse de nuevo a sí mismo, después de conocernos demasiado. Sucede que uno pasea por la calle, pero es imposible que se salude a su propia persona. Es absurdo, pero el planteamiento puede dar lugar a una historia. Se han escrito muchas.
Basta con acumular estas ideas en el repertorio, guardarlas y ya se les sacará partido más adelante. Gracias a la imaginación hemos evolucionado. El mundo no es el mismo desde hace un millón de años.
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