Otro mes, sí. No pienso vaticinar nada. Además, se me da bastante mal. Es posible que este mes sea como los anteriores. Aún estamos sumidos en una crisis sangrante, y corren ríos y mares de tinta, hablando una y otra vez, sobre la tan ansiada recuperación para salir del bache.
Somos los herederos de nuestros excesos. Pero esos excesos no son parte de nosotros, sino de los especuladores. Una de las salidas es escribir. Por lo menos, por hacerlo, no te cobran (pero sí, por comprar una o más maneras de pensar); espero que este mes sea interesante, y no tanto más de lo de siempre: la crisis que nos introducen por los ojos.
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