Cualquier libro es el portal para viajar. No importa el género narrativo. De una serie de libros es posible extraer cualquier tipo de conocimiento. A la hora de escribir, es mejor haber leído. Conozco a personas que no han necesitado abrir un libro en su vida porque, según repiten continuamente, "la vida les ha enseñado todo lo que necesitan". Pero eso no es la excusa apropiada para no abrir un libro o más.
En realidad estas personas tienen carencia de curiosidad. Si la Universidad de la Vida les ha enseñado algo, es a comportarse como lobos en una manada, en donde el lobo jefe rompe y decide. Pero no abrir un libro, para no alimentar la curiosidad, sólo demuestra tedio del mundo. Pero reconozco que hay libros tediosos, incluso malos para leer. E interesantes para consulta sobre cómo no debe escribirse para causar soponcios soporíferos en el lector.
Incluso hay autores clásicos que gustan, pero que, en otras facetas, son tediosos y cansinos. Sea porque no lo han escrito bien, o porque no era su día. O cuando tuvieron la idea, decidieron no preocuparse en entretener y lograr el hechizo del sueño en la palabra del autor.
Muchas lecturas completan la formación de uno: pero hay lecturas que no acompañan, porque no despiertan la creatividad ni la sed de conocimiento.
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