Por mucho poder mental que tengas, si la idea no es buena, empieza de nuevo, o deja la escritura por el momento. Hay buenas ideas que no llegan a buen puerto. Por experiencia, sé que, por muy buenas ideas que tenga, un cuento no me va salir a la primera.
Antes era muy prolífico, e incluso, llevé al Taller (La Calabaza, en Alameda de Osuna) hasta tres cuentos simultáneos, y me sobraba energía. De los tres, sólo uno me salía, y, en ocasiones, ni eso. Entonces, empezaba a preguntarme si perdía el tiempo "juntando palabras", o que la cuestión era yo, que me comprometía a escribir un relato cada semana, e incluso más, cuando la escritura de poemas, me lo permitía.
Y no. No veréis ningún poema en este blog de mi cosecha. Generalmente, hay aspirantes a poetas que no han leído un libro en su vida. Con un amigo, llegamos a la conclusión de que se trataban de unos penosos intentos que, en vez de elevar las cumbres del Parnaso, más bien se desechaban a los residuos de los malos vates y cantores.
Naturalmente, tanto para escribir prosa o verso, es mejor prepararse, no vaya a ser que caiga un batacazo, y la creatividad se suma a la crisis que estamos viviendo. No hay que ser tan prolífico, si la mitad es insalvable.
De manera inoportuna, casi todos, o todos mis cuentos salían muertos o en coma de mis manos, y había que llevarlos a urgencias, por si se salvaban. Ninguno sobrevivió; alguno mejoró, y otros, no había modo de devolverlos a la vida.
Por eso, os aconsejo que os demoréis a la hora de escribir un cuento semanal. Si hasta el tercer día no lo habéis completado, mejor. Los vehículos se construyen en un día, pero los empleados de la fábrica, para que funcione el mecanismo, han de seguir una cadena, para que el producto salga perfecto. Por suerte, la escritura ofrece que puedes escribir un cuento en un mes, y luego corregirlo al año siguiente. Pero, como algunos trabajáis, no pasa nada. Os quedan los fines de semana, o las vacaciones, y podréis entrenar en el Poder Mental de la Creación Literaria (o Escritura Creativa); y que los fracasos no os desesperen. Son un impulso más, para continuar escribiendo.
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