Siempre hay algo sobre qué escribir. Las líneas que se leen de otros autores, no sólo inspiran, sino que trazan el camino. De todas maneras, aunque la inspiración existiera o ayudara (de hecho, existe) en muchas ocasiones vale más el trabajo. El empujoncito consiste en escribir y leer. Leer mucho.
Mi filosofía es bastante sencilla. Escribo para leer; leo para escribir-más la segunda que la primera-porque ese miindo se nos abre si leemos, y aprendemos, asistiendo a Talleres, la mecánica (no es la palabra adecuada) del mismo.
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