Por un momento, creía que lo había perdido. Menudo susto nos han dado los gestores de Google. Les voy a dar un consejo: no cabreen al personal que depende de ellos. Tenemos plena confianza en Blogger, tanto como en Google, y esperamos que, todo lo que hacen por nuestro bien, llegue a todos nosotros. He rezado un poco, y eso que no me interesa rezar, porque dejé hace mucho la rutina dominguera de ir a misa. Recé así: Por Dios, por Dios, un poquito de por favor, al Dios de Google que no es El de los Ejércitos, sino del CyberEspacio, y que si vuelve a suceder, todas las páginas salgan bien, In Nómine Patri et Fili et Spiritu Sancti por Seculum Seculorum, y una patada para el Padre Andrés (q. e. p. d.) por chivato en el peor de los Infiernos, si puede ser, en el Séptimo Círculo Dantesco, pa que aliste... Y luego no recuerdo más, porque fue en un cyberarrebato. Por lo visto he sido escuchado, y doy aquí mi agradecimiento. Pero, en esta pequeña meditación, que, por lo menos, merced al cambio, dejen, por lo menos, mi blog clásico, que, aunque dentro de unos años ya apenas sirva, que sea una reliquia, leches, que uno no tiene tanta cybercultura en los aparatejos, que soy más de Pilot V-5 Ball. Y un respeto a los neófitos, legos y bárbaros que empiezan.
Eight days a week... I love you
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He perdido a algunas personas muy queridas para mí. John es uno. Se fue
hace muchos años un día como hoy. Le quería y todavía le quiero. Es algo
inevitable...
Hace 12 años
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