Puesto que siempre hay una tarea tras otra, automáticamente, el último escrito se convierte en el primero. No parece lógico, por supuesto, pero eso no significa que, de alguna manera, la capacidad de escribir un último trabajo, deja de serlo, para ser siempre el primero. Los anteriores cuentan, pero ya no es lo mismo. Como cada escrito tiene la capacidad de transformación, entonces, lo último, que es lo primero, será como si no hubiera sido, siempre, lo último. Bueno, esto es algo engorroso. Me refiero a que el último escrito es siempre el primero, porque ha tomado el lugar del anterior. De hecho, hay obras que, siendo las últimas, son siempre las primeras del autor. La manera de escribirlas se ha modificado, y nada tienen que ver con las primeras, que eran las primeras. El estilo cambia, porque el autor ha decidido narrar lo nuevo; que no hay nada nuevo, ni original, pero sí la experiencia de la búsqueda, tratando de encontrar una manera de escribir, contando con nuevas herramientas. Hay más: las últimas novelas suelen ser las primeras en lectores, pero las primeras, continúan ahí. Otro asunto es que no se hallen, porque las editoriales tienden a descatalogarlas, hasta el punto de que, en todo caso, incluso estas obras tan buscadas, luego, es imposible de recuperarlas.
Eight days a week... I love you
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He perdido a algunas personas muy queridas para mí. John es uno. Se fue
hace muchos años un día como hoy. Le quería y todavía le quiero. Es algo
inevitable...
Hace 12 años
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