Y eso no es todo. Los aportes suelen ser pobres e incompletos, hasta el punto que, en ocasiones, uno se queda como si, en dicha ocasión, el mundo digital se moviera entre sombras tenebrosas (y es lo más poético que dejo escrito); el lector se merece todo el respeto, y no obras importantes incompletas, como por ejemplo, “La Galatea”, de la que faltan los cinco libros restantes. ¿Adónde han ido las otras páginas, han desaparecido por el camino?
Suerte tiene aquel que confía más en el papel, porque estas obras, es posible que estén adulteradas. Es igual que los editores ingleses del siglo XVI o del XVII, puesto que las obras se editaban mutiladas, e, incluso, totalmente modificadas, y del autor original, sólo quedaban los despojos.
En la Red hay muchos despojos, que atraviesan el Telar del Espacio y el Tiempo. Pero, hasta que punto, en cada momento, esos despojos forman parte de la rapiña cultural que hay. Comprendo que Stephen King venda su obra por Internet, y que sea digital; pero no comprendo porqué, al descargarla gratuitamente, tantos motores sean falsos, o que no funcionan, y, al final, se echa a perder toda la buena intención del corsario.
Entonces, se abre un debate: si en la Red se intercambia cultura, ¿cómo es que, en la mayoría de las ocasiones, o de las veces, las obras están incompletas, o del todo completas, o es una lista o catálogo, que poco hace avanzar en la investigación del buscador? Me he llevado más de una desilusión, cuando, algunas obras de Lovecraft no se descargaban completamente. Lo más seguro es que, los corsarios de la cultura, temen a las fuerzas del orden y de la ley. Pero, ¿hasta qué punto la ley es la ley, y no una corporación interesada?
Suerte tiene aquel que confía más en el papel, porque estas obras, es posible que estén adulteradas. Es igual que los editores ingleses del siglo XVI o del XVII, puesto que las obras se editaban mutiladas, e, incluso, totalmente modificadas, y del autor original, sólo quedaban los despojos.
En la Red hay muchos despojos, que atraviesan el Telar del Espacio y el Tiempo. Pero, hasta que punto, en cada momento, esos despojos forman parte de la rapiña cultural que hay. Comprendo que Stephen King venda su obra por Internet, y que sea digital; pero no comprendo porqué, al descargarla gratuitamente, tantos motores sean falsos, o que no funcionan, y, al final, se echa a perder toda la buena intención del corsario.
Entonces, se abre un debate: si en la Red se intercambia cultura, ¿cómo es que, en la mayoría de las ocasiones, o de las veces, las obras están incompletas, o del todo completas, o es una lista o catálogo, que poco hace avanzar en la investigación del buscador? Me he llevado más de una desilusión, cuando, algunas obras de Lovecraft no se descargaban completamente. Lo más seguro es que, los corsarios de la cultura, temen a las fuerzas del orden y de la ley. Pero, ¿hasta qué punto la ley es la ley, y no una corporación interesada?
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