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miércoles, 18 de mayo de 2011

Terminator es débil

Me sorprende, pero no tanto, que Maria Shriver, la esposa del actor y antes gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, se haya separado de él, después de la noticia de que el Roble Austríaco, mantuviera relaciones, hace diez años, con su asistenta y que concibieran un hijo natural, que reconoció. Lo del dolor está muy bien. Esto sucede en España, y lo primero que hace el padre es no reconocerlo. O, lo segundo, que se busca la ruina, o trata de ocultarlo.
Que el pichabrava de Terminator no sepa controlarse eso ya es sabido. Además de origen europeo, es bastante racista, y no le provoca dolor, o le provocaba dolor, mandar a una muerte segura, al criminal de turno, que, quizás era inocente, pero ya nunca lo sabremos. De hecho, su impopularidad había rebasado la cuota, hasta tal punto, que los californianos ya no confiaban en Gobernator.
Esta vez, el ex culturista, adalid de la nobleza y la buena forma física, ha caído por su debilidad, y si ponía voluntad en el entrenamiento, le ha faltado voluntad para dejar por los suelos su relación con su esposa. Pero, bueno, creo que eso es problema de ellos, que lo llevaran mal que bien. Y lo del dolor, no me lo creo. Diez años con un secreto de infidelidad es mucho tiempo, y la esposa o ex, de Schwarzenegger, dudo mucho que no se lo oliera (¡y en su propia casa!); pero, bueno, no voy a convertir mi blog en una merienda o mesa camilla. Arnie es humano, y como tal, ha caído, pero le ha caído un pedrusco en la cabeza. No espero que se reponga, pero ya será muy duro, soportar el engorro en la tercera edad.
Ya no queda ni Terminator para la siguiente entrega, después de que el maquillaje se haya eliminado, y sólo quede la máscara. Pero debajo ya no hay un cyborg. Más bien, una piltrafa.

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