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viernes, 13 de mayo de 2011

Gallito Galliano

Lo del diseñador de moda John Galliano tiene su aquel. He llegado a la conclusión de que esta pobre imitación de un Dalí joven y bastante superficial, pero genio de la moda, no deja de evocar esas tonterías. Seguramente lo dijo borracho, o estaba drogado. De hecho, creo que este europeo americanizado, ha debido de perder los papeles porque, como todos los genios que se montan en el dólar o en el euro, seguramente se ha dado cuenta de que tiene que salir en los medios, porque, aunque conocido, parece que le han olvidado, y que hace para liársela parda: insulta a los judíos y luego dice que adora a Hitler y su manera genocida de pensar. Dalí jamás dijo eso, porque estaba ocupado, en sus primeros años, con el Surrealismo, o cómo le gustaba gritar en sus apariciones telecatódicas, allá, por los años 60 o 70: ¡Su-rrealis-mo! (y así durante dos o tres veces.) Digamos que John Galliano vive un Surrealismo Hitleriano, algo pasado de rosca. Sospecho, ya lo escribí más arriba, que Gallito Galliano se metió un chute de varias sustancias psicodélicas y opiáceas, y su lengua se soltó. Como está tan delgado (es un tirilla, pero un genio tirillas), dichos estupefacientes afectaron a su muy bien amueblada cabeza, y se le desbarajustó el cerebro (o como el frutero de Alameda, que dice "celebro", que también es castellano antiguo, y significa lo mismo, pero lo dice por fastidiar-al Octavo Círculo Dantesco, lo enviaba yo-, y con la excusa de timar al cliente, porque su honestidad es nula e inexistente, y me refiero al frutero que está al lado de La 28), y empezó a soltar sandeces y chorradas, porque eso es lo que destroza la fama y la carencia lectora deficitaria del personaje. No me desepero, John Galliano, porque ya encontrarás trabajo por tu cuenta. Eres de los únicos, que hay muchos, que el paro les dura cinco días.

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