
Lo mejor es, si entrando junio, continúa lloviendo, no nos moriremos de sed. No habrá escasez de agua, y vendrá muy bien para las cosechas y para todo el mundo. Eso, sin contar con el terremoto que falta en Andalucía, que lo estamos esperando, pero que no llega.
Estos días de lluvia, frenan un poco el calor hiriente, que en verano quema y requema, y consume, provocando sed y deshidratación. Ya son varios días seguidos, y parece que no van a parar. Aún se puede oír el tormenteo de las nubes, ese paso pétreo que es como si caminase un gigante, rompiendo piedras, y las gotas numerosas que caen.
Por lo menos, no tendremos que preocuparnos del calor. Que refresque está bien, y, últimamente, los presentadores del tiempo meteorológico, no se equivocan. El parte nunca se equivoca, es quizás el informe, por lo confuso.
De hecho, esta mañana, chispeaba. Pero agradezcamos los días de lluvia, porque no viviremos un verano seco y castigador. Ya está Thor armándola por ahí.
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