Dándonos cuenta, nos vamos a dar de lleno con un calor que va a fundir hasta las farolas. Aún no hemos entrado en Junio, hay mucho lerele, para poco larala. No echemos la culpa de lo extraño del verano primaveral, o de la estival primavera, cuando todos sabemos que no se debe a que el tiempo esté pachucho (y pachuco), porque es muy fácil que nos echemos la culpa nosotros, los unos a los otros, de una estación que debe de sufrir una especie de esquizofrenia, fiebre incluida. O su subidón nos intercambia los trajes, o sus bajones, nos situan en una suerte de Polo Norte o Islandia con Diluvio. Si me dan a elegir, prefiero el Diluvio, pero con el calor volcánico después de las gotas lluviosas. Y no pienso corregirlo. Es de suponer que, este Diluvio, sea escaso, pero España es una nación de riquísimos aportes culturales, pero de escasa paciencia con su estado meteorológico. Es curioso que, en Mayo, no te quites el sayo, que, por otra parte, es incómodo (prefiero un saco talar), y si, ya entrado Junio llueve, creo que el Tiempo Meteorológico Hispano o Ibérico, necesita tratamiento. De manera que, si notan algo extraño, como un movimiento de tierra, o un tsunami,cerca de aquí, sea costa o no, es a España que, con la crisis económica, la escasez de recursos, y la subida del 10% del recibo de la luz, no se recuperará de su gripe (española) en días, ni en semanas, ni meses.
Eight days a week... I love you
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He perdido a algunas personas muy queridas para mí. John es uno. Se fue
hace muchos años un día como hoy. Le quería y todavía le quiero. Es algo
inevitable...
Hace 12 años
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