Abrir y escribir

Abro algunos cuadernos, y encuentro que las notas tomadas son sólidas. Aquello que anoté en su momento, es válido. Pero de las notas, ocuparé pocas cosas. Por ejemplo, que la primera nota quedará, o meditaré sobre ella.  También tomo notas curiosas: por ejemplo, sobre la Profecía Maya de este 2012. He hallado un pequeño error, por mucho que insistan estos mayas en sobreponerse a la catástrofe que, desde luego, es poco probable que se cumpla: su calendario se compone de 18 mese de 20 o 21 días. Entonces, el cálculo, al traducirlo al calendario que tenemos, creo que es juliano, las cuentas no salen. Y no salen, porque el calendario maya es lunar, es decir, que hay que calcular, sobre todo, cuál es, la fecha, y creo que se retrasa al completar los seis meses que faltan.

Además, dudo mucho que se cumpla la profecía. Los milenarismos son siempre material de escritura, de personas que no tienen nada que hacer, y se dedican, por lo menos, a tratar de resolver misterios, sin la ayuda de las Matemáticas, o utilizándolas mal. Por ejemplo, ¿por qué el 21 de Diciembre de 2012? Es absurdo. Si Galileo escribió que el universo está compuesto de matemáticas, ¿qué razón hay para, por lo menos, hacer caso de estas profecías dudosas que, 12.000 años después han de cumplirse, según algunos, por obligación?

En vez de escribir páginas dudosas sobre el fin de la existencia de este mundo, se podrían utilizar estas notas para escribir ficción, porque esas profecías, son preocupaciones sin ningún tipo de base. Y los signos: llevamos años con terremotos, inundaciones, tormentas lluviosas tremendas, huracanes, y un sinfín de fenómenos que tienen su explicación científica. ¿Por qué vamos a temer que el mundo se acabe, si quedan unos 5.000 millones de años, para que el Sol de nuestro Sistema Solar, nos enguya? Por lo menos, que se escriba ficción para distraer a las personas, y les divierta y mediten, pero no para asustar sobre hechos comúnes, porque sería como regresar al chamanismo de las cavernas, cuando el ser humano sólo veía prodigios desconocidos y no la verdad. Hyeronymus escribere.