Son seres que son nuestros vecinos, viviendo una vecindad oculta. En ocasiones, se dejan filmar de manera accidental, o a propósito. Tales como es Sasquatch, que, de la misma manera que el Bigfoot o el Yeti, viven con nosotros, pero desde una existencia que a algunos se les antoja un sueño, o una sensación de "realidad contenida".
Estos seres no suelen dejarse ver, y cuando lo hacen, saludan. No son violentos, pero a nadie le hace gracia que su ecosistema se vea invadido por el hombre.
Cuando se buscan pruebas, cabe la posibilidad de que el propio ser, digno de la Criptozoología, no merezca tantas molestias. Y, sin embargo, hay pruebas concluyentes: estos seres existen, pero a los gobiernos no les interesa que se hable de ellos.
Muchos buscadores se han jugado la vida, sólo por documentarse. Sin ir más lejos, un español murió en el Tíbet, en extrañas circunstancias, mientras buscaba al Yeti. Parece que es mejor dejar en paz el misterio durante un tiempo, e intentarlo en otra ocasión.
Pero estos seres no se ocultan: tratan de vivir su vida, que ignoramos cómo es. Incluso si serán evolucionados. Caminan erguidos, es posible que su cultura sea sofisticada, y no necesitan ropas, de ahí que sean naturales. Pero seguimos sin saber nada.
El Sasquatch es norteamericano. La palabra india significa "hombre grande que camina erguido"; los nativos americanos saben mucho de esto (pero estos datos es preferible consultarlos); del Yeti, se han encontrado huellas, moldes de manos, manos y pelos. Ejemplo de brutalidad hacia lo desconocido. No se ha llegado a encontrar un cuerpo entero de estos seres.
Del Bigfoot, sólo quedan obviedades que no son del todo creíbles. Estos seres pertenecen a la leyenda, al ámbito de lo desconocido, al misterio del enigma, y cien mil cosas más, o un millón. Pero podríamos dejarlos en paz. Pero claro, no lo hacemos. Así somos. Invasores de la realidad cambiante de otros seres.
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