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miércoles, 28 de noviembre de 2012

Arcos argumentales hasta en el espíritu

Me refiero al espíritu del creador, del guionista, del escritor. El cómic americano de superhéroes tiene su propia técnica, heredada de creaciones anteriores. Un ejemplo de ello son DC y Marvel. La familia DC es tan extensa que se necesita remozar su Multiverso continuamente, sin dilación. De un tiempo a esta parte se han sucedido varias crisis: de las Tierras Infinitas, de Identidad, con el peligro de perder a casi todos los héroes DC por el camino, matando a algunos pocos que no prosperarán en el futuro, y resucitándolos, poco después; y la última: 52, en donde los héroes DC modifican hasta sus principios y valores.
Pero el asunto no acaba aquí. Debido al despliegue de los arcos argumentales (que aprendan los escritores y novelistas) pueden controlar a un millón de personajes e intercalar las diferentes colecciones. No hay truco. En principio, el guionista hace una lista de personajes y escribe el guión, con una estructura por entregas, y una escaleta que ya envidiaría Cela, si se levantara de la tumba para dar un paseo, pero de los flatulentos.
La estructura es bastante sencilla (en apariencia) puesto que cada arco argumental se asemeja a una serie de historias que se hibridan unas a otras hasta formar un orden coherente. A finales de los 70, la DC dejó de estar en alza debido al caos del Multiverso, en donde podían existir unos seis o siete Supermanes pero sin coherencia añadida. De ahí que la DC fuera poco valorada. En los 80, la cosa cambió: DC decidió hacer limpieza y aclarar las cosas, crear nuevos personajes y echar de la circulación a los que no funcionaban, por eso murieron, Flash, Supergirl y algún que otro villano. El momento de las Crisis en Tierras Infinitas había comenzado.
Controlar cada argumento de las historias era un trabajo titánico. Por eso DC se dedicó a crear macroseries y miniseries y Anuales Especiales, en los cuales no renegaba de su pasado, sino que lo conservaba. Después llegó las Crisis de Identidad, en donde se nos ilustra de un asesinato y una violación, por parte del villano Dr Luz, que acabó violando y asesinando a la mujer de Flash, una superheroína con la que iba a unirse en matrimonio. Luego, al Dr Luz se le acaba la iluminación, porque también sucumbe a la muerte: Flash se venga de la manera más sicaria que se ha visto. Estamos a finales de los 90 y principios del 2000.
Decáda del 2000-2012: nace 52. Ahora los héroes tienen bastantes más problemas que los humanos, y se debaten entre su identidad, origen, y nuevos villanos que les recuerdan que su vida es una ilusión (no me extraña, son entes de ficción); nuevos valores, algo más de violencia, y casi todos los superhéroes con trajes de brillante armadura y colorido al estilo kryptoniano. En 52, los arcos argumentales se desarrollaron hasta la locura: se inmiscuyó en todas las colecciones para..., ¿lo sabéis? ¡Qué listos! Sí, acertásteis: para hacer limpieza y renovar cada personaje, y es que la DC, debe de gastarse mucho dinero en estas operaciones de renovación. No da abasto para los despojos inservibles. Y de 52 todos los héroes han modificado su físico y su atuendo. He ahí la imagen de estas figuras.
Y DC evoluciona. En ocasiones comete errores. Despide a héroes que ya no funcionan, y regresan a la vida aquellos que murieron. Esto es, a grandes rasgos, un arco argumental. No se si me he explicado bien, pero ya tendremos otras ocasiones para aumentar el interés. Nos vemos. Hyeronymus scribere.

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