Me refiero al momento en que, tras la seguridad de perder todos los archivos, uno se queda sin recursos, y tiene el temor, casi lacerante, con cierto dolor, de que todo lo que uno ha escrito, se pierda de manera voluntaria o involuntaria.
No es una sensación agradable. No lo es, porque es la tarea de muchos años de escritura y muchas páginas escritas, sean de calidad o no. Pero la sensación de que no se podrá utilizar el ordenador para escribir ficciones en los archivos que facilita Word, en realidad es semejante a la pérdida irremediable de una pierna, o cualquier otro miembro del cuerpo.
En realidad, sé que tras la reparación del ordenador, no será posible garantizar que se salven todos los archivos, y es muy probable que estos mismos archivos se pierdan para siempre. Será semejante a perder ropa vieja, con la diferencia de que son archivos que llevan años tratando crecer. Hay unas cuantas novelas sin terminar, y una sin duda, que deberé escribir de nuevo.
Pero, bueno. De momento, queda un mes, y no hay nada que hacer. Sólo queda la incertidumbre de que esos archivos permanezcan, o hayan desaparecido, con el formateo, para siempre.
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