Antes quiero agradecer a Mª Luisa López Cabrejas porque esta tertulia saliera adelante, puesto que se llevó a cabo cerca de dos años. No recuerdo la fecha, pero se hablaba sobre el heroísmo y la capacidad para ser héroe, de tal manera que, en este caso, se tocaron todas las líneas del diálogo.
Existe el héroe de las noticias, el que va todos los días al trabajo, el hombre o la mujer vulgares que, sin brillar, se buscan la vida.O el estudiante que procura no meterse en líos. Luego, el héroe que es noticia, que lo elevan los políticos, por cuestiones ideológicas, y que renuncia porque sabe que lo han utilizado como "hombre de paja", "comparsa" o "títere" y que queda, con su heroicidad como un mal recuerdo.
El héroe que sale en los medios de comunicación, que es noticia durante un tiempo, hasta que luego se olvida por completo. En eso los humanos tenemos la memoria muy breve, y escasa. Este tipo de héroes son de los que salen en Telemadrid, y en alguna que otra cadena. Incluso alguno llega a escribir un modesto libro que pasa sin pena ni gloria.
Y, por último, el superhéroe urbano, en donde en el diálogo yo puse una puntualización: el superhéroe urbano es aquel que trata de conservar el orden, pero que se juega la vida. Este movimiento nació en EE. UU. en respuesta al crecimiento de la delincuencia y el delito criminal. En España no es posible porque hay que pillar al criminal in fraganti, de lo contrario, el superhéroe urbano aquí, es imposible, porque , según el Código Penal y Civil, el superhéroe urbano se convierte en un delincuente o criminal más.
Y, por último, se sacó a colación que los únicos héroes con derecho a ese nombre son los superhéroes de los cómics norteamericanos. El diálogo fue interesante, hasta tal punto, que no hubo discusión sino muestra de opiniones. Pero la pregunta sigue en pie: ¿Podemos ser héroes?
La respuesta aún no ha llegado, pero es una sucinta exposición de lo que se habló en su momento. La filosofía nunca se rinde con nuevas preguntas.
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