Bildu ya hace días que ha tomado el poder en Guipúzcoa; pero lo ha tomado eliminando el retrato del Rey, y se ha impuesto sus reales expulsando a las instituciones del Estado, para hacer cumplir su propia y terrorífica ley. “Terror, no sé”, dice González Pons, Portavoz del PP, “pero hay mucho miedo, y nada de libertad”. Razón no le falta.
Lo de Bildu me recuerda dos películas de Hollywood de hace unos diez años: “Rápida y Mortal” y “Sin perdón”, en la que, en ambas, un estupendo Gene Hackman, recrea a un sheriff corrupto que impone su propia ley, y al que todos temen. Por suerte, en ambas, su personaje pierde. Pues bien, Bildu impone su propia ley, asegurándose que sea como en tiempos del Lejano Oeste. Ni Erzaintza, ni Ejército, ni Guardia Civil, ni institución alguna. Sólo ellos.
Queda suponer que, esta nueva (o vieja) política, tiranice a un pueblo vasco, a los que los Nacionalistas Vascos apoyaron, pero les hizo Bildu, una jugada maestra de naipes. El primer paso de Bildu, ha sido conquistar el País Vasco, que ahora suena más extranjero que nunca. Lo ha hecho. El segundo, y con el dinero de nuestros impuestos, generar un Estado propio de poder, para hacer lo que les plazca. Y, en tercer lugar, ofrecer publicidad a asesinos etarras caídos, para escarnio de las víctimas, que son ignoradas. El cuarto lugar, será apoderarse de España (¡Mala suerte, es casi toda del PP!), pero esperemos que no lleguen tan lejos. Porque una cosa está clara: Bildu ha retrocedido a los años del nepotismo, la anarquía, la oligarquía, y ha mostrado su verdadera cara: hacerlo aún peor que el Gobierno socialista, imponiendo con su estúpida violencia, una Ley del Lejano Oeste, que dejó de operar hace tiempo. Apólogos de la violencia, no les basta el poder, porque lo quieren todo. ¡Todo!
Lo de Bildu me recuerda dos películas de Hollywood de hace unos diez años: “Rápida y Mortal” y “Sin perdón”, en la que, en ambas, un estupendo Gene Hackman, recrea a un sheriff corrupto que impone su propia ley, y al que todos temen. Por suerte, en ambas, su personaje pierde. Pues bien, Bildu impone su propia ley, asegurándose que sea como en tiempos del Lejano Oeste. Ni Erzaintza, ni Ejército, ni Guardia Civil, ni institución alguna. Sólo ellos.
Queda suponer que, esta nueva (o vieja) política, tiranice a un pueblo vasco, a los que los Nacionalistas Vascos apoyaron, pero les hizo Bildu, una jugada maestra de naipes. El primer paso de Bildu, ha sido conquistar el País Vasco, que ahora suena más extranjero que nunca. Lo ha hecho. El segundo, y con el dinero de nuestros impuestos, generar un Estado propio de poder, para hacer lo que les plazca. Y, en tercer lugar, ofrecer publicidad a asesinos etarras caídos, para escarnio de las víctimas, que son ignoradas. El cuarto lugar, será apoderarse de España (¡Mala suerte, es casi toda del PP!), pero esperemos que no lleguen tan lejos. Porque una cosa está clara: Bildu ha retrocedido a los años del nepotismo, la anarquía, la oligarquía, y ha mostrado su verdadera cara: hacerlo aún peor que el Gobierno socialista, imponiendo con su estúpida violencia, una Ley del Lejano Oeste, que dejó de operar hace tiempo. Apólogos de la violencia, no les basta el poder, porque lo quieren todo. ¡Todo!
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