Estuve en la 70 Feria del Libro de Madrid, y debido al calor, me traje un terrible dolor de cabeza. Sin embargo, hallé un cómic que tuve una vez, y que he recuperado de Panini Comics. Recordaréis los cromos y álbumes de futbolistas, allá, entre finales de los 80 y principios de los 90.
La historia de los comics Marvel se ha resuelto así: Forum caducó o dejó caducar sus derechos sobre las colecciones de La Casa de las Ideas, y Panini compró los derechos de edición, tras una negociación que no parecía segura. Sin embargo, esta editorial italiana, afincada en Barcelona (igual que Forum) decidió que España continuase disfrutando de los personajes de la Marvel.
Panini Comics ha apostado por la calidad, de ahí que varios números de diversas colecciones, se reúnan en una suerte formato tipo álbum, contando con los mejores artistas, y con ciertos toques de vanguardia y modernidad. A esto pertenece “Dos Américas”, uno de los muchos álbumes que encierran una calidad inmensa, con un estudio de mercado del producto, elegantemente cuidado.
En este cómic, que abarca cuatro comic-book (y lo dejo así, claro) el Capitán América se reencuentra con su colega Halcón (Falcon) que representa la América Negra, la de la represión y la de la Libertad (Paladín: el Capi); y con un enfrentamiento con USAgente, un supersoldado que trabaja a las órdenes del Gobierno, pero con la idea del Honor y la Justicia un tanto retorcida. Incluso echa la bronca al Capi, porque comprenden dichos aspectos de servir a la Patria por caminos muy diferentes.
Y tú te preguntarás: ¿Y qué?
¿Cómo qué y qué?, replicaré. Estamos hablando de que, en muchas ocasiones hay ideas que colisionan. La violencia de USAgente y la dignidad y rectitud del Capitán América, en donde Halcón casi pierde la vida, porque USAgente trabaja, también, para “ellos”. “Ellos” son, naturalmente, los organismos de inteligencia gubernamentales, que hay a cientos, y que, al parecer, trabajan por separado, anestesiando al mundo con desinformación. Otra cosa es que el héroe de turno desvele todo el tinglado, que es lo que le sucede al Capi.
El Capitán América se pasa la vida haciéndolo-por eso es tan peligroso- y el Gobierno del país más libre y poderoso del mundo, tratando de ocultarlo con cada nuevo destape. La diferencia estriba en que el Capi (y lo llamo así, porque es un viejo conocido mío) es el héroe que casi roza los oscuros aspectos de un Gobierno controlador. Y aquí, puntualizo un tanto: Superman es el símbolo de la America Way of Life; el Capi, en la línea dura, es el soldado que da la vida por su país, sometiéndose a un experimento que lo convierte en lo que es: un héroe, pero un ser humano. Defiende la vida americana, pero también es puntilloso. Jamás olvida sus ideales, y, desde luego, es la envidia de todas las potencias, y de todos los países (incluyéndonos nosotros, que nuestros valores están en cuarentena); y, por suerte, aquí, hace unos años, llegó la noticia de que el Capi era asesinado impunemente. Se trató de una estrategia comercial, porque meses después, salían en los kioscos, los Vengadores Oscuros, con un Capi renovado.
Estamos acostumbrado a que mueran estos héroes de papel y tinta; pero siempre hay algún editor avispado que nos fastidia porque la colección se volvió aburrida e impopular. Sólo quedan, en este caso, estos números de culto que, lo creamos o no, nos acompañan, no sólo por el dibujo, sino por unos guiones o arcos argumentales sólidos e interesantes.
Pero sigo prefiriendo al Capi repartiendo la eucaristía, para no quitar emociones, a diestro y siniestro. Ojalá crearan un personaje parecido en el panorama comiquero español.
La historia de los comics Marvel se ha resuelto así: Forum caducó o dejó caducar sus derechos sobre las colecciones de La Casa de las Ideas, y Panini compró los derechos de edición, tras una negociación que no parecía segura. Sin embargo, esta editorial italiana, afincada en Barcelona (igual que Forum) decidió que España continuase disfrutando de los personajes de la Marvel.
Panini Comics ha apostado por la calidad, de ahí que varios números de diversas colecciones, se reúnan en una suerte formato tipo álbum, contando con los mejores artistas, y con ciertos toques de vanguardia y modernidad. A esto pertenece “Dos Américas”, uno de los muchos álbumes que encierran una calidad inmensa, con un estudio de mercado del producto, elegantemente cuidado.
En este cómic, que abarca cuatro comic-book (y lo dejo así, claro) el Capitán América se reencuentra con su colega Halcón (Falcon) que representa la América Negra, la de la represión y la de la Libertad (Paladín: el Capi); y con un enfrentamiento con USAgente, un supersoldado que trabaja a las órdenes del Gobierno, pero con la idea del Honor y la Justicia un tanto retorcida. Incluso echa la bronca al Capi, porque comprenden dichos aspectos de servir a la Patria por caminos muy diferentes.
Y tú te preguntarás: ¿Y qué?
¿Cómo qué y qué?, replicaré. Estamos hablando de que, en muchas ocasiones hay ideas que colisionan. La violencia de USAgente y la dignidad y rectitud del Capitán América, en donde Halcón casi pierde la vida, porque USAgente trabaja, también, para “ellos”. “Ellos” son, naturalmente, los organismos de inteligencia gubernamentales, que hay a cientos, y que, al parecer, trabajan por separado, anestesiando al mundo con desinformación. Otra cosa es que el héroe de turno desvele todo el tinglado, que es lo que le sucede al Capi.
El Capitán América se pasa la vida haciéndolo-por eso es tan peligroso- y el Gobierno del país más libre y poderoso del mundo, tratando de ocultarlo con cada nuevo destape. La diferencia estriba en que el Capi (y lo llamo así, porque es un viejo conocido mío) es el héroe que casi roza los oscuros aspectos de un Gobierno controlador. Y aquí, puntualizo un tanto: Superman es el símbolo de la America Way of Life; el Capi, en la línea dura, es el soldado que da la vida por su país, sometiéndose a un experimento que lo convierte en lo que es: un héroe, pero un ser humano. Defiende la vida americana, pero también es puntilloso. Jamás olvida sus ideales, y, desde luego, es la envidia de todas las potencias, y de todos los países (incluyéndonos nosotros, que nuestros valores están en cuarentena); y, por suerte, aquí, hace unos años, llegó la noticia de que el Capi era asesinado impunemente. Se trató de una estrategia comercial, porque meses después, salían en los kioscos, los Vengadores Oscuros, con un Capi renovado.
Estamos acostumbrado a que mueran estos héroes de papel y tinta; pero siempre hay algún editor avispado que nos fastidia porque la colección se volvió aburrida e impopular. Sólo quedan, en este caso, estos números de culto que, lo creamos o no, nos acompañan, no sólo por el dibujo, sino por unos guiones o arcos argumentales sólidos e interesantes.
Pero sigo prefiriendo al Capi repartiendo la eucaristía, para no quitar emociones, a diestro y siniestro. Ojalá crearan un personaje parecido en el panorama comiquero español.
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